martes, 14 de marzo de 2017

Alas cortadas

Después de haber terminado mi primer maratón, sentía la necesidad de afrontar nuevos retos y dado mi buen estado de forma, decidí bajar mi marca en la media maratón. El lugar elegido fue Punta Umbría, y la fecha abril.
Por tanto, adapté un plan de entrenamiento para llegar en las mejores condiciones físicas posibles para esa carrera. En realidad, ese fue el momento en el que mejor me he sentido físicamente y quería aprovecharlo.

Unos meses antes, intentamos meter en este mundillo a un amigo, y como aliciente organizamos por sorpresa inscribirlo en una carrera de 5km. Era una mañana preciosa, y la verdad es que disfrutamos mucho puesto que era la primera para él y juntos. Era la primera vez que se colocaba un dorsal, y eso siempre es motivo de felicidad y alegría. ¿Quién no recuerda esa primera vez? Mi amigo, Sergio Ruíz, acababa su primera carrera.




A las pocas semanas me rompí. Una rotura de fibras en el gemelo derecho me dejaba sin poder entrenar para conseguir la marca de la media, y tocaba recuperarse bien para la próxima. No me marqué objetivo ni plazos. Quería recuperarme bien para estar perfecto para la siguiente cita. 
Pero no hubo mas citas.

En mayo, un movimiento sin aparente riesgo me provocó un dolor muy fuerte en la zona lumbar. A los dos días no fui capaz de levantarme de la cama. Estaba completamente imposibilitado y me asusté muchísimo. Me diagnosticaron una lumbargía aguda, y como tal me la trataron. Pero la realidad era que después de una semana seguía igual, con los mismos dolores y sin poder moverme. Dos semanas después seguía igual, no había mejorado nada y ya estaba bastante agobiado. Decidieron hacerme una resonancia y......para mi sorpresa, detectaron una hernia discal bastante pronunciada.
Se me vino el mundo encima, era una noticia que no esperaba y ahora tocaba plantearme muchas cosas.
Lo primero fue encontrar una solución. Empezamos con un tratamiento para eliminar el dolor y el pinzamiento nervioso. Después de un mes de tratamiento todo estaba como al principio, no había habido ninguna mejora, y el siguiente paso fue contactar con un neurocirujano. Fui a tres, y los tres me dijeron que tenía que operarme, que no había otra solución. Estudié los pros y los contras. Los pros, que remitiría el dolor y podría hacer "vida normal". Los contras, que en esa "vida normal" no estaría la palabra "correr", que en toda operación hay riesgos, que podría perder movilidad en una zona de la espalda. En definitiva, que ninguno de los tres me convenció. 
Dado que nada me convencía, consulté a mi gurú Alberto sobre qué me aconsejaba, y la respuesta fue muy clara. Me habló de un fisio en Jaén, Luis Baños. Inmediatamente me puse en contacto con ellos a través de un email, mandándoles todo mi informe.
Su respuesta sí que me convenció, me dijo que ellos podrían tratarme sin necesidad de operar. Y lo siguiente fue concretar una cita y acudir a verlo.

¿Cuántas veces habéis estado ante un médico al que le preguntais sobre una enfermedad, operación, etc y recibes una respuesta en la que se cura en salud? Pues me pasó todo lo contrario, al entrar en su despacho me dio la mano y me dijo "Manuel, no te preocupes que tú vuelves a correr".
Os aseguro que me dejó perplejo, ya que ni siquiera podía caminar 50 metros seguidos. ¿Imagináis mi cara? Era una mezcla entre alegría e incredulidad.
Acudí a la clínica Luis Baños durante dos meses, una vez a la semana. Durante ese tiempo sufrí bastante, y costó mucho tiempo y esfuerzo el poder empezar a ver una mínima mejoría. Me dijeron que eso era normal, que en cuanto empezara a haber algo de mejoría, todo iría muy rápido.
Y así fue.

Uno de los días que fui a la consulta, me dijeron que comenzara a caminar y correr (ya caminaba una hora seguida sin pararme). Ese día llegué a mi casa a las 22:00 después de haber ido a Jaén y volver a Huelva. Llegué a casa, me calcé mis zapatillas y ........
Si pensais que mi carrera mas importante fue un maratón, un ultra trail o algo por el estilo, os equivocáis. Ese día caminaba 5´ y corría 1´, y esa ha sido hasta hoy la carrera mas importante que he tenido. Hubo quien se cruzó conmigo y me vio la cara. Pleno agosto, zona costera y allí estaba yo, riéndome, feliz, emocionado por volver a sentirme runner, pese a que algunos se empeñaron en cortarme las alas.

Aquí sigo, volando, libre. Por eso corro.

Corro porque nada me conecta mas al mundo, nada me conecta mas a mí mismo.















No hay comentarios:

Publicar un comentario